Catalogadas como el producto más utilizado en las tiendas, las bolsas de plástico generan un grave daño a nuestro planeta, acumulando grandes cantidades de basura y tardando más de 150 años en degradarse. Esto es lo que se pensaba hasta hace poco, pues un estudio presentado en la American Chemical Society, revela que los plásticos empiezan a descomponerse al cabo de un año en el mar. El reportero estadounidense Alan Weisman, comenta en su libro ‘Un mundo sin nosotros’ que los restos de plástico representarían un problema de gran envergadura para el medio ambiente y la fauna, en especial la marina, si la humanidad desapareciera de golpe, debido a que no se sabe cuanto tardan en descomponerse.
Así, si antes era importante reciclar, a la luz de estas conclusiones ahora todavía lo es más, pues las grandes cantidades de desechos plásticos que flotan en los océanos del mundo ya no sólo son antiestéticos y un peligro para los animales marinos que se enredan en ellos o los ingieren, sino que además suponen “otra fuente de contaminación mundial, que seguirá en el futuro”, dijo el investigador principal del estudio, Katsuhiko Saido, químico de la Universidad de Nihon, en Chiba, Japón. Esto es debido a que los plásticos están todo un año descomponiéndose debido a la lluvia, al sol y a los elementos de la naturaleza; liberando a la vez substancias potencialmente tóxicas en el agua como el bisfenol A y el olígomero PS, que pueden alterar el funcionamiento de las hormonas en los animales.
Otro importante problema, no solo para el mundo marino sino también para el hombre, es que los plásticos no se digieren al ser ingeridos por animales. De manera que cuando nosotros vamos al mercado del barrio o al supermercado a comprar pescado, es posible que este contenga en sus tejidos micropartículas de plástico. Igual que pasa con ellos, también ocurre en nosotros, los plásticos no los podemos digerir.
La naturaleza ha sido siempre una fuente inagotable de inspiración para los observadores atentos que han sabido descubrir en ella los secretos de la optimización del uso de materias, así como el desarrollo de estructuras simples y eficientes. Los científicos buscan arrancarle a la naturaleza sus secretos para usarlos en la fabricación de inventos o en materiales útiles para la humanidad.
El desarrollo histórico de los plásticos comenzó cuando se descubrió que las resinas naturales podían emplearse para elaborar objetos de uso práctico. Estas resinas como el betún, la gutapercha, la goma laca y el ámbar, son extraídas de ciertos árboles, y se tiene referencias de que ya se utilizaban en Egipto, Babilonia, la India, Grecia y China. En América se conocía otro material utilizado por sus habitantes antes de la llegada de Colón, conocido como hule o caucho.
El Instituto Tecnológico Ainia ha logrado, en condiciones de laboratorio, reducir hasta un 15 % los plazos de degradación del plástico mediante el empleo de microorganismos. Trabajan con plásticos de uso común, relacionados con la industria alimentaria, como las bolsas de plástico de polietileno o los envases, que suponen un alto impacto medioambiental. En este contexto, los estudios y análisis desarrollados en Ainia han permitido identificar una serie de microorganismos que por su capacidad metabólica pueden degradar de forma más rápida los residuos de plásticos que el proceso natural de descomposición en los vertederos.
El volumen de plástico en los océanos es cada vez mayor. El caso más impactante es el de unagran isla de basura situada entre California y Hawái. La isla de basura, como se la llama popularmente, no tiene parangón en ningún otro mar: la zona no está tapizada de plásticos en su totalidad, obviamente, pero se calcula que hay una densidad anormal de residuos flotantes y también sumergidos en el fondo en un millón de kilómetros cuadrados, más o menos como dos veces España. Hace poco, dos expediciones han zarpado de la costa oeste de Estados Unidos para acercarse a la zona y estudiar el efecto de los pequeños fragmentos de plástico en la vida marina.